De deseos...

Como en el cuento de Aladin, el genio me concedió deseos maravillosos, con la paz que me traigo de Siwa, recorro cada rincón de mi casa, vuelvo a la placentera sensación de lo cotidiano, los ruidos de la calle, la lluvia constante que nos a acompañado durante estos días, sigo con la sensación de que algo mágico ha pasado por mi, por nosotros.
El olor de los dátiles de las palmeras del oasis, la arena en mis zapatos, el color tostado de mi piel, me traen recuerdos de unos días donde el tiempo casi se ha detenido, amaneceres maravillosos, la luz del lago salado, el verde de los olivos y la amabilidad de una gente estupenda han sido el acompañamiento de unas vacaciones de ensueño. Los colores del desierto en mi retina, el espíritu de Cleopatra me envuelve, quizás se haga realidad lo que pedí en el Oráculo de Amón, quizás el genio me conceda el deseo, pero mientras miro a lo lejos y casi puedo ver de nuevo las palmeras agitadas por el viento mientras me envuelven sus brazos y nos dejamos llevar por el silencio en un abrazo que podría parecer eterno...

Ya estoy de vuelta, me alegra encontraros a todos, gracias por vuestros buenos deseos, se han cumplido todos.
Un abrazo, hasta mañana