A esta hora, hay algo mágico en la Quinta Avenida...
El 5 de octubre de 1961 se proyectaba por primera vez en los cines ‘Desayuno con Diamantes’ una película que revolucionó el mundo del cine, y no sólo por la presencia de Audrey Hepburn como Holly Golightly.La historia de Holly se ha convertido en un mito cinematográfico, fue nominada a cinco premios Oscar, ganó 2 y todo lo relacionado con ‘Desayuno con diamantes’ cuenta con el beneplácito del público. Un ejemplo de ello es el vestido negro que la actriz lucia cuando visitaba Tiffany´s en los créditos iniciales.
"Desayuno con diamantes" es una adaptación de la novela homónima del escritor norteamericano Truman Capote (1924-1984). Relato breve que publicó en 1958.
Se cumplen 50 años del estreno de la película y en mi calendario de celebraciones particular, se cumplen 15 de mi primer viaje a Nueva York. Siempre fue un destino soñado, como amante del cine que soy, mi universo estaba repleto de imágenes de la ciudad. Supongo que a todos los que habéis estado os ha pasado algo parecido. Guardo carpetas de mis años como estudiante, repletas de fotos del puente Golden Gate de San Francisco y de calles neoyorquinas. Fotogramas de películas que me hacían soñar con viajar...
Y hace unos años, el sueño se hizo realidad. Mientras yo trabajaba por necesidades familiares, mis amigos seguían sus estudios de postgrado recorriendo en mundo con un máster en negocios. Les visitaba cada vez que podía y justo en verano hacían su periplo americano, después de su estancia en Alemania.Fueron 20 días maravillosos, donde vivimos tantas cosas buenas, que nunca podremos olvidar. Hicimos viajes de ensueño, en coche a Canadá; Nueva York-Otawa-Toronto-Ontario-Cataratas del Niagara y vuelta por Buffalo hasta Nueva York de nuevo... prometo contarlo. Escapadas a Boston y Washintong en bus.
Pero esta carta es para recordar mi visita a la ciudad; al color se sus calles, a los escenarios de cientos de películas que puede revivir paseando. Las chicas vivían en al E 86th Street, cruzando Central Park en linea recta teníamos en Museo de Historia Natural. Los chicos habían elegido la zona Sur de Manhattan.
Estudiaban en el MIM que estaba en el ya desaparecido World Trade Center; como ya imagináis guardo las fotos y la tarjeta de visitantes como un tesoro.
El picknic a los pies de la Estatua de la Libertad, las largas colas para conseguir "gangas" para ver musicales; Cats, Sunset Boulevard. Las luces de Time Square. Gloriosas cenas en el Soho y East Village, inolvidable Yaffa Café... el atardecer en el puente de Brooklyn.
Mil y un recuerdos que permanecen en mi memoria. Pero si me dan a elegir, me quedo con este... una cena en el Motown Café hasta bien entrada la madrugada, roncos de cantar y en algo más que achispados, alguien propone ver amanecer en la Quinta Avenida, más concretamente en Tiffany´s. Más bien fue un" no eggs" ... y claro, en aquél estado de euforia poco contenida, los hubo. Y allí que nos fuimos. Un par de taxis amarillos, unas cuantas carreras... "siga a ese coche" y llegamos a la puerta de la joyería más prestigiosa de la ciudad. Pasadas las 5 de la madrugada amanecía, después de dar algunas explicaciones a los policías que se acercaron, alguien trajo café y cupcakes de un vendedor ambulante y se completó el sueño. Se hizo la magia, los sueños se cumplen...
Estoy convencida de que si deseas algo con muchas fuerza el Universo se confabula para lograrlo. Fue mi particular y poco intimo "Desayuno con diamantes" . Todavía me emociono al recordarlo, nunca me supo mejor un café, y aunque hacia frío el cálido abrazo de mis amigas y nuestro reflejo en el cristal del escaparate fue suficiente para pensar... después de esto seguiré soñando con tocar el cielo, siempre.
Seguid soñando. Besos y abrazos
