Una de serrano ...

Lo que está de moda es hacer interminables colas en los accesos a las gasolineras, estos días, si no pasas más de media hora esperando para llenar el depósito, no eres nadie, no se habla de otra cosa.Un poco más de caos en las ya caoticas calles de la ciudad.

En eso estábamos cuando descubrí su mirada en un escaparate, esa media sonrisa capaz de enloquecer a cualquier mujer, ese aire elegante pero desenfadado, no lo podía creer, era él y me miraba, de repente un ligero olor a jamón serrano lo fue invadiendo todo, pero jamón del bueno, con sus vetitas blancas, en su punto justo de maduración, el olor se hacia más intenso a medida que pasaban los minutos y seguía mirando el escaparate, ya casi podía saborearlo, no muy salado, cortado en lonchas finitas , podía incluso sentir la grasita en mis dedos desprendiendo todo su aroma...

Bruscamente, el olor se esfumó, las visiones terminaron, golpes en la ventanilla y ante mi, un bigotudo caballero, con cara de pocos amigos lanzaba improperios a gritos, insistiendo para que moviera el coche, realmente no sé lo que decía, a veces es hasta mejor no saber el idioma, así te ahorras disgustos innecesarios.

Me consuela, haberme traído a Javier Bardem hasta mi casa, aunque se me caiga la baba imaginando que me como un plato de jamón en su compañía... y es que necesito vacaciones como el comé, que lo digo yo.

Besos, ya falta menos...