domingo, 13 de diciembre de 2009

Cibeles...


Erase una vez...
Atalanta era una joven griega a quien el oráculo había vaticinado grandes desgracias (cosa rara en un oráculo) si contraía matrimonio. La doncella perdió por ello el poco interés que tenía por casarse y se dedicó a lo que más le gustaba: la caza. Como era una mujer muy hermosa y tenía muchos pretendientes detrás suyo, se le ocurrió proclamar que cualquier hombre que aspirase a desposarla debía competir con ella en una carrera. Si ganaba, conseguiría su mano. Si perdía, ella misma se encargaría de darles muerte. Aunque cualquier persona en sus cabales se hubiera mantenido alejada de semejante psicópata, parece ser que muchos jóvenes griegos con especial desapego a sus vidas buscaron suerte y encontraron... el final de su lanza.

Para desgracia de Atalanta y regocijo del oráculo, uno de ellos ganó la carrera. Hipomenes, el muchacho en cuestión, había pedido ayuda a Afrodita, quien le había entregado tres manzanas de oro del jardín de las Hespérides. Siguiendo el consejo de la diosa, Hipomenes arrojó uno a uno los tres frutos durante la competición, provocando que Atalanta se detuviera a recogerlos y llegara después que él a la meta. Hipomenes era listo y consiguió a su amada, pero no lo suficiente, porque se le olvidó agradecer a la diosa del amor el favor que le había concedido. Y las diosas suelen tener un pronto muy malo.

Afrodita, que era especialmente retorcida, encendió la pasión de los dos amantes cuando pasaban junto a un templo de Cibeles, excitándolos de tal forma que no pudieron sino satisfacerlo allí, en las mismas narices de la diosa. El castigo por profanar el suelo sagrado no se hizo esperar, y Cibeles apareció enfurecida, los convirtió en leones y los unció a su carro por toda la eternidad.

< en el pecho y con la cola barren la superficie de la arena.
En su rostro hay ira, en vez de palabras lanzan rugidos,
en vez de casas habitan la selva y, leones temibles para los demás,
muerden con sus dientes domeñados los frenos de Cibeles.>>
(Ovidio, Metamorfosis, Libro X. Canción de Orfeo: Hipómenes y Atalanta)

... Es tu historia. Así me la has contado. Entusiasmada la comparto con los amigos. Madrid contigo merece unas cuantas cartas. Esta es la primera. Vendrán más, te lo aseguro.
Un beso, te quiero.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Todo el mundo sabe que es la plaza más madrileña, pero poca gente conoce la historia mitológica. Es más, casi nadie se pregunta por qué tiran del coche de la diosa dos leones en lugar de caballos. Pues sí, es una historia curiosa por la que gané un concurso en la radio por sabérmela hace unos cuantos años. Otra amiga mía me ha había contado la semana anterior. La vida, como ves, está llena de historias, unas reales, otras más reales.

Me alegro de que te gustara tanto. Yo también te quiero, mi maiga Magic. Pero eso ya lo sabes.

Isabel dijo...

Hola Buen domingo.
Y ahora nos hemos trasladado al mismísimo centro de Madrid y la diosa Cibeles, .... pobre joven meterse entre mujeres y además diosas :()
Un abrazo

isis de la noche dijo...

jeje..

Ya lo sabemos desde tiempos inmemoriales: el amor desafía a los mismos dioses ;)

y cualquier destino es poco precio por un instante de su gloria ;)

linda historia, mi querida y mágica amiga ;)

besos miles

Arantzazu dijo...

Preciosa historia. Me encanta la mitología. Que tengas buena semana. Un beso.

Santa dijo...

Muy bonita historia Magic! Avisa cuando estés por la cibeles...jajaja

Besos frescos y dulces de nieve

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