miércoles, 15 de julio de 2009

Petra.Segunda parte...



Pasearemos, disfrutando del Teatro Romano, de las Tumbas Reales, el cardo máximo de la ciudad romana, del Qasr al Bint, o palacio de la Princesa, el único edificio no tallado en la piedra, con su inquietante leyenda.


Hacemos unas cuantas paraditas en los puestos de recuerdos. Tomamos té y recuperamos fuerzas. Las mujeres hacemos comentarios sobre las bellezas morenas que nos rodean entre risitas. Esos ojos negros pintados con khol que nos dejan ensimismadas.
Mi supuesta “rival” decepcionada se mantiene alejada de mi, aunque próxima al guía. Pregunta sin cesar y me sonríe... He intentado un acercamiento pacifico, haciéndole saber que no pasa nada. A veces estas cosas pasan y se queda en una anécdota más del viaje.


Los más osados subirán al Altar del Sacrificio, luego al Monasterio. La mayoría se conforma con la subida de más de 800 peldaños excavados en la piedra. Interrumpen nuestra subida burritos en precario equilibrio. Sombras que se agradecen , paisaje agreste, tierra dorada que se empeña en meterse en nuestros ojos y en nuestra boca, pero nada nos detiene.Apenas hablamos entre nosotros. Se oye algún suspiro, un gruñido y algunas risas. Ya casi estamos en los más alto.
Curiosamente, lo primero que vemos frente a nosotros,es una tienda beduina-café para poder aliviar nuestro cansancio. Allí esta Lidia con su familia, una madrileña en Petra.

Y a nuestra derecha la imponente fachada Ed Deir , el Monasterio. El mejor lugar para contemplarlo es el café. Lidia vende plata, el negocio le va bien gracias a los muchos españoles que pasan por allí. Es parada obligatoria,acomodarse en los cojines a la sombra después de la subida. Se agradece beber algo fresquito.


El Monasterio es un majestuoso edificio de 45m de alto y de 50m de ancho, tallado en la montaña. Su estado de conservación, sus proporciones y su aislamiento lo han convertido en uno de los edificios más impresionantes de Petra.

Si seguimos un sendero detrás del café, a la izquierda, llegaremos a un mirador natural, desde donde contemplar la maravillosa vista sobre Wadi Araba. Un espléndido paisaje donde sentir lo insignificante que somos ante la inmensidad de la Naturaleza. No sé si por esa sensación o por la soledad del lugar, “mi amiga” se acerca a mi. Me retiro instintivamente del precipicio...
Me dice : “No sabía que era tu marido, ni siquiera si estaba casado . Además no iba en serio. De todas formas quería que lo supieras. Ha sido una metedura de pata”.Le respondo con una sonrisa:”no pasa nada, tranquila, es fácil que los guías árabes deslumbren a las turistas, no es la primera vez, les pasa a casi todos, jajaja, ya está olvidado. ¿Te está gustando el viaje? “...
No me gustan los malos rollos, las malas vibraciones, que van minando al grupo. Ya tenemos bastante con los inadaptados, con sus quejas y sus comparaciones.
¿Porque será que en España es todo mejor?


No siempre acompaño a los viajeros hasta aquí, mis rodillas no resistirían. A veces los espero en el restaurante. Les veo aparecer sofocados, con la cara roja , contentos de haberlo logrado ;otras veces me vuelvo sola. Aunque nunca se está segura totalmente de esta soledad. Los otros “habitantes” de Petra , los Yinns, siempre caminan a tu lado haciendo travesuras. Son duendecillos que viven entre estas piedras. Deshago el camino rápido hasta llegar al Tesoro. Me siento en un banco justo enfrente y contemplo su esplendor una vez más. Hago despacito el Siq,canalizando la energía de las piedras. Las piedras actúan sobre los chakras, y sus colores están llenos de poder:el rojo intenso el color de Dios Thot y su potente energía, asociado al nacimiento y la muerte; el rosa, paz , alegría, felicidad; el violeta, la espiritualidad, el misticismo, la purificación. Camino sola y me voy impregnando de cada sensación. Me encanta.



La subida se puede hacer en burro, pero las veces que lo he probado he tenido agujetas durante días.
La bajada hay que tomársela con tranquilidad. Siempre es mejor que lo que esperamos todos, se hace rápido y como recompensa nos tomamos una cervecita bien fría en el restaurante. Sin duda la comida sabe a gloria. Los pinchitos de pollo recién salidos de la barbacoa, algo de ensalada y ¡¡¡ muchos postres!!!
Hablamos de las sensaciones. El esfuerzo nos ha unido un poco más al grupo que hemos permanecido juntos todo el trayecto.


Después del merecido descanso volvemos por los mismos lugares. Lo hacemos con una gran sonrisa, cansados pero satisfechos. Atrás dejamos a los beduinos, niños de ojos brillantes, hombres y mujeres hermosos. Por cierto, ¿os habéis fijado que guapos son estos hombres ?. Ese chico de la melena negra, en su tienda frente a los baños, aquél que llevaba el camello, totalmente vestido de blanco, su piel morena... bueno ya está bien que más de una se está poniendo de los nervios...


Ya casi estamos en la puerta. El sol ocultándose entre las montañas. Regresamos al hotel con la sensación de que algo maravilloso e indescriptible ha pasado por nosotros. Algo que ha merecido la pena vivir y que estará esperándonos por si decidimos volver. Esta es una tierra de emociones, de bellezas encerradas, una tierra de milagros...
Ya visualizo la ducha, la cama grande y el mi mayor enemigo... el despertador que no muestra compasión. Mañana Wadi Rum. ¿ Te vienes al desierto?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Por supuesto, eso ni se pregunta....encaminemos nuestros pasos hacia esas maravillosas arenas rojas...Pero tendrás que tener paciencia conmigo....deberemos ir despacito que ando todavía algo contracturado, jajaja.

Precioso paseo nos has brindado lleno de tesoros para los ojos y el alma.

La "aspirante" parece que se ha rendido....jajaja. Vaya embolao para la pobre, no me gustaría verme en su pellejo, se tuvo que sentir totalmente ridícula...jajaja. La próxima vez asegurará el terreno antes de pisarlo....jajaja de todo se aprende.

Besos doloridos, compañera, la inactividad me está matando....

PILAR dijo...

Algún día subiré al Monasterio contigo, despacio, disfrutándolo. Tomaremos un café y hasta charlaremos con Lidia. Nos sentaremos en silencio frente al Tesoro y volveremos juntas por el Siq tocando las piedras, sí , lo siento, pero las pienso tocar. Por eso, porque las siento.

Un disfrute inolvidable.

Isabel dijo...

Claro que me vengo al desierto!!
Me gusta mucho lo que dices de las piedras y de su energía. Hay lugares que nos trasforman, nos atrapan y nos hace diferentes. Date cuenta hasta la frustrada turista intenta reconciliarse contigo ¿ o se reconcilia con ella misma?
Hasta mañana y buen descanso

Arantzazu dijo...

Qué maravillosa descripción de la paz que se respira en Petra. También te acompaño en la vuelta al hotel, empapándome de esa energía que tienen las piedras y de tu agradable compañía.

Vamos ahora al desierto a seguir disfrutando de este maravilloso viaje. Un beso.

aramwa dijo...

Una vez me preguntaron que tal era Petra (aún te habian leido) mi respuesta... Petra es Petra.

Ahora los he enviado a tu blog para que se empapem

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