sábado, 21 de mayo de 2011

Jasmine y su boda.Dubai III

Este es mi ultimo relato de Dubai. Quedan muchas otras cartas que escribir sobre otros historias.
Nos habíamos quedado en el almuerzo del miércoles. Perfecto, es es la palabra más apropiada. Almorzamos en uno de los restaurantes del Hotel Al Qsar, situado en la zona de Jumeirah, es un fantástico resort . Si os digo que nos llevaron en carrito de golf al restaurante creo que hay poco más que decir ¿ no ? .
Os preguntareis quizás a que se debe tal despliegue de " medios " y es que el papá de la novia, Jasmine, tiene negocios petrolíferos, y su ya marido ( nuestro primo) trabaja en la empresa, fue allí donde se conocieron.

Mi actitud, mis maneras, fueron alabadas por mi parentela cosa que me hizo inmensamente feliz. No penséis que me juzgan constantemente, muy al contrario se han esforzado siempre en mostrarme su cultura , sus costumbres, respetando que quiera o no compartirlas. Soy yo la más critica conmigo, mi esfuerzo por adaptarme, por no desentonar, hacen que a veces me preocupe demasiado.
Hubo una situación que me resulto complicada, en los Emiratos, entre las personas más conservadoras , no se debe mirar a los hombres a los ojos. Es cuestión de cultura, de educación. Se busca un punto entre la nariz y la barbilla y allí posas tu mirada. Pero cuando el hombre es guapo, como el hermosisimo hermano de la novia, me resultaba tan complicado... realmente no sé que es peor, mirar unos bellos ojos negros o quedarte prendada de una boca que puede disparar tu imaginación... en fin, que a los dos minutos ya me había olvidado del tema y miraba a todos con total naturalidad. Y eso, la naturalidad lo que te abre todas las puertas y los corazones.
El jueves llegaron los maridos. Dedicamos parte del día a preparar vestuarios, complementos y demás. Por la tarde hombres y mujeres celebramos fiestas distintas. Las chicas nos dedicamos a la "Fiesta de la Henna" . En casa de la novia, después de una suculenta merienda primas y amigas compartimos risas y tatuajes hasta bien entrada la noche.

Y llega el gran día. Amanece el viernes con un sol esplendido. Despertamos sin resaca, aquí el consumo de alcohol es cero, por lo tanto una buena cara está casi asegurada...
Vivo un momento critico con una buena señora que no sabe que hacer con mis rizos, la animo a que elabore gloriosos peinados con las otras señoras y a mi me de por perdida... entiende perfectamente y la veo enredarse feliz entre bigudies y laca. Prefiero componerme sólita, la verdad. Mi santo, traje oscuro, camisa malva y corbata dos tonos más oscura. Yo, traje de la temporada pasada de Hada Sadiq, diseñadora elegida por todas las féminas de la familia. De color negro, bordado con flores rojas y amarillas, shela ( pañuelo finísimo) de color negro degradé para la cabeza... no se puede estar más guapa jejejeje ¡¡


Llegamos en perfecto estado de revista, niños incluidos, al hotel Hyatt Grand Dubai, hasta el nombre resulta impresionante. Esperamos en el hall del hotel la llegada de los novios, que entran acompañados de tambores y gaitas, de la manera más tradicional. Me ha dado tiempo a evaluar un poco el vestuario de los invitados, me quedo sorprendida al ver tal cantidad de colores entre las mujeres y el blanco más deslumbrante entre los caballeros.
Ellos, en su mayoría llevan kandura o dishdasha, típica túnica blanca de los emires,con cuello y puño con gemelos, cubiertos con la gutra, el pañuelo de cuadros blancos y rojos, algunos llevan bisht, que es una chaqueta larga que va sobre la kandura. Otros van con traje de chaqueta oscuros y corbata, se ve alguna abaya oscura, pocas, la verdad.
Ellas, en su mayoría me parecieron elegantes y maravillosas. Abayas de boda , me comentaron que aquí las llaman jelabias mukhawara, primorosamente bordadas con riquísima pedrería y colores brillantes. Cubiertas con shelas , que es un pañuelo muy fino que se ha convertido en un elemento de moda muy cool o con gishwa, que es una tela que se utiliza más para cubrir el rostro, y pocos hijab, las chicas de aquí no son muy dadas a utilizar esta prenda.

La cena se realiza en salones separados. Resulta de lo más divertido que los "contactos" se hagan en los pasillos camino del baño, en esto los jóvenes son expertos, sobre todo en movilizar al personal a través de sms o bluetooth.

Y entre las risas y el griterío de las señoras, las pocas occidentales que estábamos allí nos dedicamos a conocernos y criticar, sí sí criticar, a las matronas que nos miraban con ojos de leonas hambrientas. En general la experiencia fue divertida, gratificante, pero sobre todo enriquecedora.
A la hora convenida entró el novio acompañado de su padre. El matrimonio, sentado en un sillón como el de la foto, se dejan querer por las invitadas. Nos acercamos para desearles felicidad y alegrías en su nueva vida.
Pasada la media noche, cuando ya lo mayores abandonaban el salón, las paredes que separan los salones se abren y llega tan deseada "unificación" , con un dj famosillo en la zona bailamos hasta bien entrada la madrugada. Los más jóvenes bajo la atenta mirada de sus padres. Por cierto, capitulo aparte el dedicado a los niños, con salón para ellos y sus cuidadoras , menú especial y animación por parte del hotel...
Casi amaneciendo nos volvemos al confortable hogar. Tengo la impresión de que mañana podría salir en el Hola perfectamente, rodeada de glamour y gente bien, esa idea me hace sonreír. El sábado hacemos un poco de turismo y el domingo vuelta a casa.
Y hasta aquí las aventuras de vuestra escritora de cartas en Dubai.
Espero que no os hayáis aburrido mucho. Ha sido un placer compartirlo, y que dejéis vuestros comentarios, gracias .
A los que me han preguntado si para subir al Burj Khalifa, hay que hacer reserva previa, no lo sé. Nosotros teníamos todos los pases cortesía de la familia, sé que es caro, y que una opción es tomarse algo en alguno de los bares, más caros aún...

Abrazos y besos infinitos










1 comentario:

Arantzazu dijo...

Jajaja, ¡qué bueno!, me alegro que te lo hayas pasado tan bien. Seguro que estabas estupenda. Grcias por compartir otro trocito de tu vida. Un beso.

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