"Te amaba, por eso a mis manos traje aquellas oleadas de hombres
y en los cielos tracé mi deseo con estrellas.
Para ganar tu libertad alcé una casa sobre siete pilares,
que tus ojos pudieran alumbrar por mí
cuando llegáramos." Lawrence de Arabia.
El mapa rocoso de su vida perdura. Su amado desierto guarda sus secretos. Sus sueños escondidos entre las arenas rojas, permanecen a la espera de ser descubiertos por el viajero.
En el sonido del viento se pueden oír sus palabras. " Mi desierto, mi amado desierto..."
Quizás si prestamos la suficiente atención, detrás de esa nube de polvo podremos ver su silueta... quizás Lawrence sigue cabalgando en Wadi Rum.
Besos y abrazos .
Las cartas saldràn cada noche cuando se ponga el sol, te llevaràn noticias del dia a dia,a veces cargadas de arena, otras gotas de lluvia y siempre repletas de felicidad por compartir los secretos del desierto contigo alli donde estès
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3 comentarios:
Con la magia que tiene Jordania quizás tengamos suerte y podamos ver a Lawrence en su desierto. Qué ganas tengo de conocerlo, a ver cuándo podrá ser. Que tengas una buena semana. Un Beso.
Qué bella imagen me regalas hoy querida amiga.. La de un eco inmortal entre las dunas, la de una presencia que resplandece en la dorada vastedad del desierto y que parece acercarse.. pero nunca mucho para no terminar con el hechizo de lo que en el desierto es el tiempo: un susurro de la eternidad...
Bellísimo texto amiga.. me deja ensoñada ;)
besos miles querida amiga ;)
Su presencia es palpable a lo largo y a lo ancho de este mar de montañas. Siempre entendí bastante bien por qué aquel inglés se enamoró de este lugar, pero hace poco lo he podido comprender definitivamente, como bien sabes.
Voy a explorar a fondo tu blog.
Un abrazo.
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