Las cartas saldràn cada noche cuando se ponga el sol, te llevaràn noticias del dia a dia,a veces cargadas de arena, otras gotas de lluvia y siempre repletas de felicidad por compartir los secretos del desierto contigo alli donde estès
sábado, 20 de marzo de 2010
Esa extraña sensación...
La mujer sentía una extraña sensación. Los músculos entumecidos del largo viaje. De repente se habían relajado. El trayecto en autobús había sido breve, o eso le parecía a ella . Sus compañeros de aventura se mostraban ruidosos, como niños entusiasmados con las nuevas experiencias, expectantes al devenir de los días.
Contemplando las luces de la ciudad, la sensación fue acentuándose; cada calle que cruzaba, cada ventana iluminada, el ruido del tráfico... todo resultaba familiar.
Llegaron al hotel y cada uno tomó rumbo a su habitación. Ella, una vez instalada, apartó las pesadas cortinas que tapaban las ventanas. Ante ella la ciudad parecía un enjambre de casas blancas . Imaginó una historia en cada ventana sutilmente iluminada: familias en torno a una mesa compartiendo la cena, jóvenes parejas amándose, nunca soledad, ningún abandono, intuyo...
Apenas pudo dormir. Mil imagenes rondaban su mente. La inquietante sensación del déjà vu, de haber vivido, de haber sentido...
Y a la mañana siguiente, al recorrer las calles de nuevo, fue donde reconoció los colores, la luz, los olores de la ciudad...
Contemplando las caras de la gente, sus amables sonrisas, los sonidos de un idioma diferente, pero que sentía extrañamente cercano, sintió que había vuelto . Nunca había estado allí antes, pero se sintió reconfortada.
Quizás en otro tiempo, con otro rostro, con otro cuerpo, pero con el mismo alma.
Había vuelto por fin a casa. De regreso, esta vez, para quedarse...
Besos y abrazos primaverales.
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4 comentarios:
Ya sé de quien hablas. ¿Cómo lo has adivinado? Pero qué lista eres y qué bonito lo cuentas. Es verdad, fue así. Y es que la tierra te quiere a ti y a alguna más...
Por cierto, la ilustración es preciosa, como todas las que nos colocas.
¿Te he dicho alguna vez cuánto te quiero, maiga?
Mil besos primaverales.
Es querida maiga, una historia más. Es mia, tuya y de muchas otras que sintieron las señales, que reconocieron... algunas no supieron oir , otras, por suerte, se dejaron llevar...
Cada uno deberia encontrar su camino, dejar fluir, es quizás, el secreto.
Un beso y gracias.
Esa sensación extraña es, pero cuando se siente es como poder imaginar lo que sería la inmortalidad. Preciosa imagen, la puedo reconocer en otras mujeres, aunque sus vidas no tengan tanto color y tanta fuerza exterior.
Un abrazo y buen domingo
Volver, siempre al encuentro con uno mismo.. es el camino que es diario, de cada instante en que descubrimos el mundo, que también es el descubrimiento de nuestro mundo propio...
Y de vez en cuando, dormir bajo la escarcha de la nieve solo ensoñando, o danzar con el sol o.. FLORECER...
¡¡Feliz Primavera querida amiga!!!
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