viernes, 5 de marzo de 2010

Carboneros


Me crié cerca de una carbonería. Recuerdo al carbonero, siempre tiznado, era un hombre amable y atento con todos. Sus hijos pasaban casi todo el día allí después de la escuela. Tiznados también, aprendían el oficio que su padre con tesón se empeñaba en mantener. Allí nos mandaba nuestra abuela a comprar el cisco para el brasero, "la copa", como la llamaba ella. Conteníamos la respiración en la puerta, el polvillo se te metía en la nariz y te hacía estornudar. La oscuridad apenas dejaba distinguir los utensilios. Una nube negra lo cubría todo. Siempre fue un lugar mágico y misterioso para mi.
Con el tiempo el negocio desapareció, una vivienda ocupó su lugar.
La primera vez que vi una carbonería en Amman, recordé los días de mi infancia. De repente, un halo de nostalgia lo invadió todo.
Recordé todo aquello,la luz que se filtraba entre el polvo del carbón, las manos negras del carbonero...
Aquí el carbón es parte fundamental de la vida diaria. En la cocina, para preparar la carne; en un ritual como la preparación de una buena narguile, es imprescindible un buen carbón. En las escapadas al campo en familia...
Es un oficio que se mantiene, que quizás con el tiempo desaparezca, pero que de momento es próspero y los niños lo aprenden de sus padres de manera natural.
Hemos ido olvidando aquellos antiguos oficios. Hemos ido cambiando a las personas que con su labor nos eran cercanas, por otras frías y distantes.
Es el lado menos amable del progreso. Se va perdiendo la memoria de nuestros mayores; aquel oficio que nos enseñaba que la Naturaleza era generosa ya ha desparecido para siempre.
¿Tienes algún recuerdo de un oficio que ya no existe?. Cuentame, cuentanos...

Abrazos y besos por igual

5 comentarios:

PILAR dijo...

Tal y como tú lo cuentas suena romántico y entrañable, pero cuando yo me acuerdo de cuando traían el carbón a casa de mi abuela, me tocaba a mi ponerme perdida para ayudarla a guardar los sacos y a limpiar desde el pasillo hasta la cocina o el patio de todo el rastro que había quedado. Y para calentarnos con la caldera de carbón o el brasero, había que quitar la ceniza del viejo para volver a echar de nuevo, y era un engorro terrible. Menos mal que cambiamos al gas natural. Pero sí, es verdad que recordarlo produce cierta nostalgia de otros tiempos.

¿Sabes de qué oficio tengo yo buenos recuerdos porque me gustaba su musiquilla cuando se anunciaba? Del afilador. ¡Qué gracia me hacía ese sonido! Aún ahora alguna vez pasa por mi casa. Lo malo es que afilar los cuchillos cuesta tanto como comprarte uno nuevo...

Gracias por recordárnoslo, magicmagic. Mil besos tiznados.

Anónimo dijo...

¡¡¡¡Qué bonito!!!! Cuantos oficios que habrán desaparecido sin darnos cuenta por este progreso que nos atrapa. Yo recuerdo a algunos pastores que bajaban sus animales a pastar a las orillas del río, ahora por allí pasan las vías del AVE, y los animales no se si ya existiran o no.

Que recuerdos me ha traído tu historia del carbonero, mi abuelo hacía el brasero con él, y recuerdo como nos tiznábamos las manos cuando le ayudábamos.

Un abrazo hermana, y gracias por como siempre traernos cosas tan bonitas.

Isabel dijo...

Mi querida amiga y hermana jordana Gracias por tus palabras en mi blog. Sí , son mujeres valientes muy valientes. Y jolinnnn!!! ya no me acordaba y me lo has traído a la memoria tanto que parce que fue ayer. En la esquina de mi casa , mi casa vieja en Barcelona también había un carbonero, mi madre me mandaba a por carbón para el brasero aquel recipiente que se colocaba en los interiores de la mesa camilla y que había que ir con cuidado porque si te acercabas demasiado te salían "cabrillas" rojeces en la piel de las piernas por demasiado acercarse al fuego. También ese carbón lo volví a ver en la carbonera, en la casa de mis suegros , allí se cocinaba en cocina económica o sea de carbón, allí aprendí en aquella cocina a carbón mis mejores trucos culinarios de la mano de mi querida suegra una mujer encantadora y alegre. Gracias querida amiga por acercarme a unos recuerdos tan bonitos de la infancia
Un abrazo , espero que estés bien

isis de la noche dijo...

Ay amiga...

Qué bella entrada que nos regala un perfume sutil que acaricia la memoria... esa nostalgia que mencionas..

Pues yo no recuerdo ningún oficio particular por el momento pero me ha ocurrido algo sensacional que quiero compartir contigo: leyéndote, he sentido nostalgia, sí.. Pero no de algo del pasado sino, extrañamente, he sentido nostalgia de algo que nunca he vivido.. pero recuerdo con añoranza.

He sentido nostalgia de la tierra en la que habitas, como si de alguna manera me resultara familiar. Como si anhelara las huellas que nunca dejé sobre el desierto.. Tal vez sea por la fascinación que ejerce sobre mí el desierto.. Lo cierto es que cuando leía sobre la cocina, la carne, el carbón, la narguile, los padres y los hijos en este oficio.... No sé.. Me he llenado de una añoranza inexplicable... Te he imaginado caminando por el desierto en busca de carbón y una vocecita en mi interior me ha dicho: "Ah... Esa es la vida que quisiera..." No sé si conocer, experimentar o cambiar por esta ;), pero es una vida que sin duda me llama..

Y como flash he visto las dunas bañadas por la luz de la luna y cobijadas por un áureo resplandor.. Y me he sentido como en casa... En casa, en ese pensamiento...

Qué extraños son los universos que nos habitan... ¿verdad???

;)

Besos miles amiga.... Besos hasta tu bella noche en el desierto..

Santa dijo...

En el barrio de Madrid donde me crié, iba con mi madre a por carbón...

Ella calculaba quien tenía mejor precio... Luego en dos cubos (la ayudaba un rato) traíamos el carbón para la cocina...

Qué tiempos...Magic!

Besos

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